Competencias digitales docentes desde el modelo de la Unión Europea para la Educación en Salud
En el marco del XVII Foro Nacional y III Internacional de Educación en Salud en modalidad mixta virtual y presencial, que se ha celebrado del 28 de noviembre al 02 de diciembre de 2022, en Nuevo Nayarit, Nayarit, México; con el lema; “De la disrupción educativa a la adopción de estrategias innovadoras para la educación”, y que promueve la creación de lazos para el desarrollo de los profesionales de la salud y redes de conocimiento a través de actividades de aprendizaje y vinculación, he tenido el honor de ser invitada por el Instituto Mexicano del Seguro Social, a participar en el panel "Competencias Digitales Docentes desde el modelo de la Unión Europea para la Educación en Salud".
Agradeciendo la oportunidad al Instituto Mexicano del Seguro Social, a continuación comparto el resumen y el vídeo de mi participación en el panel:
Educar para la salud debe considerarse un aprendizaje transversal, al igual que las competencias digitales docentes también son competencias digitales transversales.
Así las describe ya en 2014 el Marco Europeo de Referencia para las competencias digitales de la Ciudadanía (DigComp) que definía las competencias digitales como el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes, estrategias y concienciación que el uso de las TIC y de los medios digitales requiere para realizar tareas, resolver problemas, comunicar, gestionar la información colaborar, crear y compartir contenidos y generar conocimiento de forma efectiva, eficaz, adecuada, crítica, creativa, autónoma, flexible, ética, reflexiva para el trabajo, el ocio, la participación, el aprendizaje, la socialización, el consumo y el empoderamiento.
El Marco Europeo DigComp es completamente extrapolable a cualquier contexto, también al educativo, y en lo referente a la Educación en Salud, tiene varias competencias enfocadas al bienestar, la seguridad y la gestión de identidades digitales, todas ellas susceptibles de ser imbricadas en cualquier materia y proceso de aprendizaje.
Vamos área a área y competencia a competencia, para ver cómo se relacionan con la educación para la salud.
Área 1. Alfabetización informacional y de datos.
Esta área define las competencias para identificar, localizar, obtener, almacenar, organizar y analizar información, datos y contenidos en entornos digitales, evaluando su finalidad y relevancia para actividades personales.
Concretamente incluye la competencia 1.2. Evaluar datos, información y contenidos digitales, una de cuyas capacidades digitales clave es saber encontrar el autor o la fuente de una información, para verificar si es creíble.
Aunque parezca que esta competencia, a priori, no está relacionada con la educación para la salud, lo está, y muy estrechamente. Estar seguro de que las interacciones que se producen con la información en la red son fiables, puede evitar riesgos psicológicos en nuestros alumnos, además de amenazas físicas, que a veces se producen partiendo de interacciones virtuales erróneas.
Avancemos a la siguiente área: Área 2. Comunicación y colaboración.
Interactuar, comunicarse y colaborar a través de tecnologías digitales siendo consciente de la diversidad cultural y generacional. Participar en la sociedad a través de los servicios digitales públicos y privados y de la ciudadanía participativa. Gestionar la propia presencia, la identidad y reputación digitales.
Dentro de esta área tenemos varias competencias susceptibles de educar para la salud: 2.2. Compartir a través de tecnologías digitales, una de cuyas capacidades clave es saber cómo marcar y/o reportar desinformación y noticias falsas o erróneas ante entidades cuyo objeto es comprobar la veracidad de la información, así como ante plataformas de medios sociales, de manera que no se continúen propagando.
El hecho de poder convertirse como persona en objeto de noticias falsas puede desembocar en graves daños para la salud y por tanto, educar para saber reportar este tipo de noticias es también educar para la salud.
La competencia 2.5. Netiqueta, de esta misma área 2, se enfoca a conocer y manejar las normas de comportamiento a la hora de interactuar en entornos digitales, adaptando las estrategias de comunicación a cada público objetivo concreto y siendo consciente de la diversidad cultural y generacional.
Tener la capacidad clave de saber gestionar los propios sentimientos cuando conversamos con otras personas por la red, o saber reconocer mensajes o actividades hostiles o despectivas en entornos digitales que atacan a personas o a grupos concretos de personas, son capacidades que nos ayudarán a proteger nuestra propia salud psicológica y la nuestros pares, además de contribuir a tener y mantener el necesario bienestar digital.
Pero esta área 2 de comunicación y colaboración aún cuenta con otra competencia estrechamente relacionada con la educación en la salud y es la competencia 2.6. Gestionar la identidad digital, definida como la competencia de crear y gestionar una o múltiples identidades digitales, de manera que uno sea capaz de proteger la propia reputación y tratar adecuadamente los datos que uno mismo produce en diversos servicios, herramientas y entornos digitales.
Fundamental para tener hábitos de vida digital saludables es ser capaz de gestionar la propia identidad digital. Proteger la reputación digital desembocará en una vida digital saludable, sin duda, así como el uso responsable de datos en entornos digitales sociales.
Independientemente de todo lo anterior, el área competencial por excelencia a tener en cuenta a la hora de educar en la salud, es la 4. Seguridad, enfocada a proteger dispositivos y contenidos digitales, los datos personales, la salud, el bienestar, la privacidad y el medioambiente.
Esta área cuenta con la competencia 4.2. Proteger los datos personales y la privacidad, que tiene muy en cuenta la necesidad de entender cómo utilizar y compartir información personal identificable a la vez que uno se protege a sí mismo y protege a los demás de posibles daños y comprendiendo que los servicios digitales utilizan políticas de privacidad que informan de cómo se utilizan los datos personales en esos servicios.
El respeto, la protección y la privacidad son elementos para una educación en salud digital. Es fundamental inculcar al alumnado que el entorno digital no sirve de parapeto para hacer cosas que no harían en su entorno físico. Educarlos así les ayudará a ellos, a sus pares y a sus familias a evitar engaños, a caer en amenazas o a sufrir acoso en entornos digitales.
Además, el enfoque europeo de las competencias digitales dedica una competencia al completo a la salud. Se trata de la competencia 4.3. Proteger la salud y el bienestar. Esta competencia se define como la competencia de evitar riesgos para la salud y amenazas al bienestar físico y psicológico que puedan estar derivados del uso de las tecnologías digitales, protegiéndose a uno mismo y a los demás de posibles peligros en entornos digitales y siendo consciente de que existen tecnologías digitales para el bienestar y la inclusión sociales.
Cuenta con 3 capacidades digitales clave, a tener muy en cuenta para educar en salud y hacerlo transversalmente:
- Sé aplicar un abanico de estrategias de control y limitación del uso del tiempo digital, tanto para mí mismo como para los demás, tales como poner en modo descanso mis dispositivos móviles.
- Sé reconocer técnicas integradas de experiencia del usuario, diseñadas para manipular y/o debilitar la capacidad de control de la propia toma de decisiones, tales como el clickbait o el sobreconsumo.
- Aplico y sigo estrategias de protección para luchar contra la victimización online.
Es por tanto fundamental, no olvidarnos de la transversalidad para educar y aprender en salud, así como para vivir digitalmente de un modo saludable.
En cualquier caso, como cualquier otro marco de referencia, el europeo también es un marco descriptivo y no prescriptivo y por tanto, podemos y me atrevería a decir que debemos, contextualizarlo a nuestro propio ámbito para ponerlo a nuestro servicio y no al revés.
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