Tecnología aplicada a la formación de INAP. Nuevos formatos

El pasado 25 de noviembre de 2019 en el Instituto Nacional de Administración Pública español recibimos la visita técnica de una delegación de representantes del INAP de la República Dominicana, con los que durante varios días hemos estado dialogando y compartiendo lo que hacemos en ambas instituciones.

Como parte de las acciones que llevamos a cabo en la Subdirección de Aprendizaje de INAP, he tenido el honor de compartir con esos responsables nuestra visión sobre cómo las tecnologías educativas nos ayudan en el aprendizaje en línea enfocado al desarrollo profesional continuo de los empleados públicos españoles.

A continuación puedes ver la presentación de apoyo y un resumen de lo compartido:



Los cambios de paradigma y las necesidades evolucionadas de la actual sociedad del conocimiento demandan que las administraciones públicas sean una palanca de cambio en la que se adopte una visión global que permita una evaluación real y continua de necesidades, que favorezca el reconocimiento del papel que tienen todos y cada uno de los miembros de las instituciones públicas, que promueva una conversión de esas instituciones en organizaciones de personas que aprenden juntas, que incentive el desarrollo profesional continuo de sus empleados, que promueva la implicación y la responsabilidad de todas las personas que trabajamos en las administraciones públicas en los procesos de mejora de los servicios; que fomente que los empleados públicos se conviertan en los garantes de una sociedad digitalmente competente con una ciudadanía crítica y activa con la construcción de su futuro personal y profesional, como parte de una comunidad que es, a la vez, global y local.

Ante estas demandas, las organizaciones tienen la necesidad de revisar sus estrategias organizativas y pedagógicas con el objetivo de mejorar su capacidad para promocionar la innovación y la investigación, así como sacar el máximo partido de las tecnologías digitales y de los recursos de aprendizaje, además de contribuir a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cumplir con la Agenda 2030.

Por tanto, ha llegado el momento de abordar el aprendizaje desde una perspectiva global, mirando a los destinatarios de las actividades de aprendizaje de INAP como una unidad de transformación y diseñando planes de mejora que posibiliten el cambio.

Y es aquí donde las tecnologías digitales pueden ayudarnos.


El Plan de Formación para los Empleados Públicos de INAP recoge este rol estratégico de la formación, evolucionándolo hacia un aprendizaje competencial y a lo largo de la vida, en el que el participante en las iniciativas de aprendizaje es el protagonista del mismo. 

Un aprendizaje basado en competencias, que se definen como aquellas que necesitan desarrollar y adquirir los empleados públicos para la mejora de la calidad de los servicios, para su propio desarrollo profesional continuo y para la conversión de las administraciones públicas en entidades profesionalmente competentes formadas por personas que aprenden juntas.

Es innegable ya desde hace unos años que las personas aprendemos y nos desarrollamos a través de diferentes canales. 

El modelo 70-20-10 de los investigadores M. Lombardo y Robert W. Eichinger explica que:

El 70% de nuestro aprendizaje procede de la experiencia adquirida en el puesto de trabajo, es decir de la propia trayectoria profesional, de lo que aprendemos haciendo, lo que hacemos a diario. 

El 20% procede de la interacción social, de lo que aprendemos de nuestros iguales, de mentorizar a otros, del intercambio de opiniones y experiencias entre personas interesadas en las mismas materias que nosotros, entre los propios destinatarios de la formación, o con gente experta y cualificada en esas materias.

El 10% viene de la formación tradicional, es decir, todo el conocimiento que adquirimos en las aulas mediante los cursos de formación, leyendo, o a través de soportes digitales.

Queda claro pues que hemos de iniciar el camino del cambio.


¿Cómo lo vamos a hacer?

Lo primero es darle cada vez más peso al aprendizaje en línea y al mixto, por su ubicuidad y facilidad de acceso, que fomenta el aprendizaje en cualquier momento y en cualquier lugar.

Así, en INAP contamos con un Campus Virtual, actualmente alojado en Moodle, y en el que apostamos por tres modalidades de aprendizaje en línea:

Tutorizadas: guiadas con apoyo constante de un equipo de tutores.
Dinamizadas: asistidas por un equipo de facilitación y dinamización.
A tu ritmo: con soporte, en régimen de autoaprendizaje.

¿Por qué 3 modalidades diferentes? Porque cada persona tiene su estilo de aprendizaje, está en una fase de aprendizaje diferente y necesita más o menos guía, más o menos mentorización, a la hora de enfrentarse a un curso en línea de desarrollo profesional continuo.

En cualquier caso, la apuesta de INAP es encaminarse hacia un aprendizaje socialmente conectado, para lo cual también contamos con nuestra propia red social, INAP Social, en la que a través de comunidades profesionales de aprendizaje, los empleados públicos podemos intercambiar impresiones, buenas prácticas y aprender entre iguales.

Conectar INAP Social con la oferta de aprendizaje del propio Instituto le da un carácter activo y perdurable en el tiempo. A lo que debemos tender es a que el aprendizaje no sea algo que simplemente ocurra en un determinado periodo de tiempo y luego termina, sino a que un curso sea el arranque de un aprendizaje mucho más perdurable y que los participantes conecten entre sí para seguir aprendiendo. 

La idea de pasar del PLE (Personal Learning Environment) a la PLN (Personal Learning Network) ha de estar siempre presente en el diseño instruccional de nuestra oferta formativa. Será el único modo en el que le demos al catálogo el valor añadido de ser la palanca que impulsa un aprendizaje transformador, de asegurarnos de que realmente lo que los participantes aprenden tiene un impacto en su puesto de trabajo, y por ende en la institución. Esto, sin duda, contribuirá a que las administraciones públicas se conviertan en organizaciones competentes de personas que aprenden juntas y generan conocimiento compartido, transferible, interoperable.


Metodologías activas para un aprendizaje socialmente conectado

Apostar por un diseño instruccional dinámico, que genere un aprendizaje donde los participantes son el foco, los protagonistas absolutos del mismo y en el que los equipos docentes pasen a ser meros facilitadores porque el P2P gana enteros, es la evolución a la que las tecnologías digitales contribuyen. No consiste en un mero cambio de formato, no basta con que las tecnologías sean el entorno, sino que es necesario cambiar de enfoque pedagógico, ya que la tecnología sin pedagogía no tiene propósito alguno.
Si vamos a hacer lo mismo en un entorno digital de aprendizaje que en uno presencial, no tiene sentido el uso de tecnologías. Estas deben acompañarse de metodologías activas, que por otra parte en ámbitos educativos tanto formales como no formales, ya se usan con éxito desde hace años y que son muy aprovechables también para los profesionales de las administraciones públicas.

No es descabellado hablar de aprendizaje cooperativo, de aprendizaje basado en proyectos, de flipped learning o de aprendizaje basado en retos o en juegos como metodologías a utilizar en el aprendizaje para el desarrollo profesional de los empleados públicos. 

Pensemos que ludificar el aprendizaje también es importante para que los destinatarios tengan una experiencia de aprendizaje gratificante; por tanto, un punto de gamificación debería estar también presente en un diseño instruccional metodológicamente activo. Hemos de tener en cuenta que nuestros destinatarios son empleados públicos usualmente muy ocupados, con poca disponibilidad de tiempo, por lo que aprender haciendo pero aprender divirtiéndose también es importante. Las redes sociales juegan aquí también un papel esencial, porque proporcionan una capa de socialización del aprendizaje que es súper importante a la hora de visibilizar resultados, pero también procesos y de aprender entre iguales, por supuesto.

Experiencias de aprendizaje memorables

Tal y como explica el Dr. Fernando Trujillo Saez en varias charlas y talleres sobre aprendizaje significativo apoyado en tecnologías digitales, un curso de formación ha de considerarse una experiencia de aprendizaje, una experiencia memorable, que los destinatarios quieran vivir. De otro modo, terminarán haciendo nuestros cursos por el mero hecho de obtener un papel, pero no por la motivación por aprender.

Servicios digitales como Portafolios o Diarios de aprendizaje juegan un papel crucial en estas experiencias de aprendizaje que se considerarán memorables, además de potenciar la metacognición y fomentar la cultura del pensamiento, pero sobre todo, son herramientas de evaluación potentes, al igual que lo son las rúbricas y las dianas de evaluación, especialmente si las usamos como herramientas para una heteroevaluación: autoevaluación, evaluación entre pares, evaluación por parte del equipo docente.

Usar herramientas e instrumentos digitales de evaluación facilita mucho la labor del equipo docente, pero también permite ofrecer retroalimentación que realmente genere una mejora significativa. Calificar numéricamente a un participante en una experiencia de aprendizaje para el desarrollo profesional continuo le va a aportar muy poco al participante para que mejore. Sin embargo, un taller en línea cuyo entregable se evalúe en tres fases: autoevaluación, evaluación entre iguales y evaluación por parte del equipo docente, fomentará la reflexión y garantizará una mejora futura.

Subir tareas en un entorno digital de aprendizaje que se califican con Apto/No apto sin más será de poco valor. Sin embargo, promover entregables en formatos digitales como infografías, vídeos, podcasts, presentaciones o pósters digitales, que puedan evaluarse a través de rúbricas y compartirse en foros de intercambio de buenas prácticas, que sean el fruto de un trabajo previo de indagación y que plasmen una serie de conclusiones avaladas, son verdaderas evidencias de aprendizaje competencial que estarán contribuyendo a que el participante además, desarrolle y adquiera competencias digitales, pero también a que se inspire y se enriquezca con el trabajo de los demás. Si a todo esto, le añadimos un hashtag en Twitter, una comunidad de aprendizaje en INAP Social o un grupo de estudio en Facebook, la experiencia pasa a ser un aprendizaje socialmente conectado, rico y enriquecedor.

El aprendizaje debe ser una experiencia de socialización: aprendemos para ser miembros activos de una comunidad y de la sociedad, y lo hacemos a través de la interacción con los demás, ya sea interaccionando con nuestros iguales (docentes o compañeros de curso, según corresponda), con agentes externos, etc; la interacción puede ser directa o indirecta, usando instrumentos de comunicación, por supuesto, digitales.

En cualquier caso, se deben buscar vías para enriquecer los procesos de socialización que se contemplen en una experiencia de aprendizaje.

Movimientos

Las vías para enriquecer los procesos de socialización se concretan en tres movimientos:

Un movimiento dentro del aula de aprendizaje centrado en el aprendizaje cooperativo.

Un movimiento hacia fuera del aula del aula para el desarrollo de propuestas transformadoras para nuestras organizaciones.

Un movimiento hacia dentro del aula para constituir "comunidad de aprendizaje" a partir de la participación de agentes externos en el proceso de aprendizaje.

Estos tres movimientos aportan, además de realismo a nuestro aprendizaje, información, valores, profundidad y matices. Son estrategias de socialización rica imprescindibles para ofrecer una experiencia de aprendizaje motivadora y exitosa a los destinatarios. 

Una vía sencilla, económica y de éxito en la socialización rica es aderezar las experiencias de aprendizaje con un programa de eventos en directo en la nube, como por ejemplo mesas redondas, webinarios, master classes, etc., a través de un canal público, como puede ser el de la institución en YT, de una manera regular; o en una red social: por ejemplo un chat en Twitter.

Este tipo de eventos, además de visibilizar las acciones formativas de la institución, si son bien comunicados y bien promocionados, generan red, tejen red y pasan a ser parte de la Red Personal de Aprendizaje de los destinatarios, convirtiéndose a veces en sí mismos en píldoras de aprendizaje muy completas.

También para celebrar el aprendizaje: organizar un maratón web por ejemplo, al final de una experiencia de aprendizaje en línea en el que se dé voz a los participantes, que puedan exponer conclusiones, intercambiar impresiones, etc., de una manera abierta y participativa, es una buena manera de cerrar un curso y elevar la moral de los destinatarios, que ven reconocido su esfuerzo.


¿Cambiamos los papeles en la formación?

Qué hago para formar como siempre 

Subirme a mi tarima de formador magistral.
No escuchar a los alumnos porque yo soy la formadora y lo sé todo.
Seguir con la misma “fotocopia amarilla” de todos los años, aunque sea digital (.pdf).
No perder el control del grupo: que no interaccionen, que ni se conozcan, por si ...
Quedarme sin tinta en la impresora de tanto imprimir contenidos.
No innovar, aburrir y aburrirme mucho.

Qué puedo hacer para formar como nunca

Empoderar al alumnado.
Ceder el control del aula.
Darle la vuelta al aula y que sean los destinatarios del aprendizaje los que den la clase.
Fomentar el descubrimiento autónomo.
Desarrollar proyectos.
Poner en contacto a las personas con otras personas, con el mundo exterior, con la realidad.
Buscar nuevas formas de enseñar, de formar, de innovar, de divertir y de divertirme mucho.


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