Competencia digital docente: una perspectiva de futuro en la Educación Superior

El jueves 29/11/2018 he tenido el gran honor de participar en la mesa inaugural de las V Jornadas de Innovación Docente, organizadas por la Universidad Rey Juan Carlos online, en su campus de Móstoles, sobre la perspectiva de la Educación Superior en lo que se refiere a Competencia Digital Docente.

Para mi ha sido un enorme placer volver a esta Universidad, mi casa durante cinco años, en los que he impartido la materia de "La utilización de las TIC y Otros Recursos para la Enseñanza Bilingüe en Educación Primaria: Elaboración y Adaptación de Materiales" en el Máster universitario en Enseñanza Bilingüe en Centros Educativos de Primaria e Inmersión en Lengua Inglesa, y agradezco mucho a todo el equipo de URJC Online la oportunidad de poder compartir impresiones en estas V Jornadas, así como todas sus atenciones antes y durante las jornadas, cuya organización ha sido impecable de principio a fin.


Comparto a continuación un resumen de mis impresiones sobre la mesa inaugural que Mª Carmen Gálvez moderó exquisitamente, alrededor de la cual nos reunió a Juan Camarillo, de la Universidad de Sevilla, a Pilar Laguna, Directora de @Observa_URJC, a Leire Nuere, de la Universidad Antonio Nebrija y a esta humilde profesora, para debatir sobre el concepto de competencia digital docente, en qué punto se encuentra hoy en día y qué orientaciones de futuro se podrían proporcionar para avanzar en este tema que llevamos analizando en España durante casi una década ya.



Competencia Digital = Competencia Profesional Clave


No cabe duda de que la competencia digital, a todos los niveles, en la sociedad actual, es una competencia clave que la ciudadanía en general debe tener y además, demostrar. Si queremos convertirnos en una sociedad abierta, responsable y competitiva, debemos impulsar que sea competente digitalmente hablando, y nosotros tenemos la llave para hacerlo.

El nexo entre la educación y el empleo ha de ser estrecho y directo; por tanto las Universidades somos clave en este empeño, tenemos la obligación de lanzar al mercado de trabajo jóvenes con los perfiles adecuados para que puedan incorporarse al mismo, que sean capaces de aprovechar la riqueza de las nuevas posibilidades asociadas a la competencia digital y a los retos que plantea.

No podemos seguir enseñando como siempre, porque ellos ya no aprenden como siempre.

El mismo Parlamento Europeo, allá por 2006, ya nos indicaba que los jóvenes deben adquirir la competencia digital necesaria para poder participar de forma significativa en la nueva sociedad y economía del conocimiento del S. XXI, y la Universidad sin duda, tiene la llave.


No podemos seguir lanzando al mercado graduados y postgraduados que digitalmente no den perfil, que en muchas ocasiones son náufragos digitales ahogándose en el mar de la seguridad digital, de la gestión de la información o de la resolución crítica de problemas. No nos lo podemos permitir y para poder ayudarles, debemos empezar por nosotros mismos, como docentes, y convertirnos en docentes digitalmente competentes, que trabajemos en organizaciones digitalmente competentes.


Para ello, como educadores, debemos incidir en un aprendizaje basado en competencias, y considerar la competencia digital como una competencia transversal, que debe estar integrada invisible y transparentemente en todas las materias. Dejemos de debatir sobre TIC, integración de las TIC en educación, y hablemos de competencia digital en educación y de tecnologías digitales educativas. Sólo así lograremos poner nuestro granito de arena para lograr una sociedad más abierta, más competente y competitiva y que la educación y la empleabilidad vayan de la mano.



Tomemos la iniciativa


Creo que es el momento de aunar esfuerzos y tomar la iniciativa. De poco o nada sirven las acciones individuales, que aunque loables, no nos van a dar el fruto que podríamos lograr si unimos cabezas, puntos de vista, impresiones y conocimientos y abogamos por una competencia digital, insisto transversal, que esté presente en toda la Educación Superior, y avalada por la autoridad competente para ello.

Si promovemos el trabajo en equipo entre nuestro alumnado, como una competencia profesional que han de tener para ser ciudadanos responsables y tener mayores oportunidades en el mercado laboral, ¿por qué nosotros no hacemos lo mismo? Trabajemos juntos para reconocer la competencia digital docente, internamente, como docentes de universidades que somos, pero también para reconocer la competencia digital a nuestro alumnado, y que la formación inicial sea la que marque el paso para lograr después avanzar con éxito en materia de desarrollo profesional continuo.

Los que trabajamos tanto en formación inicial como en desarrollo profesional, vemos la brecha. Nos damos cuenta de que el desarrollo profesional continuo se hace mucho más difícil cuando la formación inicial es prácticamente inexistente, y esto ocurre a menudo si hablamos de competencia digital en educación.

Yo siempre digo que han de llegar a esa formación permanente con una formación inicial de serie, e insisto en ello. Si no los dejamos en la pole cuando salen de las universidades, va a ser muy complicado que recorran el circuito del desarrollo profesional continuo con garantías de éxito.



No es necesario partir de cero para hacer esto. Tenemos la fuente, tenemos los modelos, modelos testados y probados, por Universidades en muchos casos. Ahora mismo la competencia digital en educación está en punto muerto, por lo que es necesario retomar el trabajo realizado.

El Marco Europeo para la Competencia Digital de los Educadores puede ser un buen punto de partida. Viene avalado por la Comisión Europea, a través de JRC-Sevilla.


También el modelo español, que ya cuenta con un Portfolio de la Competencia Digital Docente, servicio abierto de reconocimiento de competencias digitales a los profesores, es totalmente transferible al ámbito universitario. Aunque pensado para niveles anteriores al universitario, se basa en el modelo europeo, está desarrollado tecnológicamente hablando; es un portfolio global que comprende autoevaluación, itinerario de aprendizaje para la mejora de los niveles competenciales; porta-evidencias en el que demostrar productos, logros, retos superados, proyectos educativos desarrollados que avalan la competencia digital del profesorado en el ejercicio de su profesión, y cuenta además con reconocimiento de niveles mediante credenciales digitales abiertas (open badges). ¿Por qué no adaptarlo para la Educación Superior, contextualizando aquello que sea necesario?

Por otro lado, contamos con SELFIE, una herramienta abierta y gratuita para el auto-diagnóstico de la competencia digital de los centros educativos europeos. ¿Acaso las universidades no somos centros educativos?



Insisto: no es necesario partir de cero, sólo coordinarnos y ver hacia dónde podemos trazar un camino común, sin reinventar la rueda, mirándonos en el espejo de los niveles anteriores al universitario, aprovechando el talento de nuestros profesores universitarios, y teniendo en cuenta los esfuerzos y la inversión que se ha hecho en esta materia en Educación, por qué en los últimos seis años, sí hemos avanzado, y mucho.

Responsabilidad social


Sinceramente, creo que se lo debemos a la sociedad. Ahora mismo, en un momento en el que parece que las universidades estuvieran cuestionadas e incluso desprestigiadas, en el que muchas empresas dicen continuamente que no encuentran perfiles para sus puestos entre los graduados porque requieren de competencias digitales que estos no pueden demostrar; por responsabilidad social, debemos dar un paso adelante y ver el camino a seguir. Dialoguemos, actualicemos lo necesario para que el aprendizaje académico y formal que promovemos en las Universidades sea un aprendizaje digitalmente competente.

La competencia digital está aquí para quedarse, es una competencia clave para todo profesional que no quiera quedarse atrás en la era digital, y por nuestras aulas pasan todos los futuros profesionales. La docente es la única profesión por la cual pasan todas las otras: nosotros formamos a los futuros médicos, a los futuros veterinarios, a los futuros profesores, a los futuros pilotos de F1.

¿Vamos a dejar pasar la oportunidad?

Es nuestra obligación, como educadores, aprovecharla; abogar por tener una sociedad digitalmente competente, comprometida, abierta, responsable, y bien formada, que sin duda redundará en un beneficio para todos.


Ojalá llegue el día en el que la competencia digital en educación pueda ser reconocida de manera horizontal y abierta, y que no necesitemos una imposición normativa, porque eso significará que el cambio de mirada ha llegado, y que la cultura de una evaluación participativa se ha impuesto. Sin embargo, mucho me temo que quizá por nuestro gusto por los "papelinos", si no hay una normativa que nos imponga una certificación de competencias, verticalmente, seguiremos dando vueltas sobre cómo reconocer una competencia profesional, como es la digital, que es clave para aprender a aprender en nuestra sociedad.


Las V Jornadas de Innovación Docente se han emitido en directo a través del canal institucional de URJC en YouTube y su grabación está disponible en TV URJC.


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